Mercado Libre, el gigante latino del comercio online, prevé al menos otra década más de fuerte expansión
Su fundador, Marcos Galperín, destaca el potencial de su unidad Mercado Pago, pero existen dudas sobre los riesgos de concentrar posiciones dominantes en el sector minorista y financiero.
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B. Mander en Buenos Aires y M. Stott en Londres
Durante una fiesta de Año Nuevo para celebrar el cambio de milenio Marcos Galperín declaró con confianza que la startup que había cofundado solo cinco meses antes se convertiría en la empresa más grande de América Latina. Casi 21 años después demostró que tenía razón.
MercadoLibre, la respuesta de América Latina a la china Alibaba, ahora tiene un valor de US$ 63 mil millones en el Nasdaq, más del doble que el año pasado, desplazando a gigantes brasileños de la vieja economía como Vale y Petrobras para convertirse en el mayor ganador de la crisis del coronavirus en la región.
"Esta pandemia nos ha hecho avanzar quizás de tres a cinco años", dijo a Financial Times el presidente ejecutivo de MercadoLibre, que predijo que su negocio de comercio electrónico seguirá creciendo durante al menos otra década, "si no más".
Su optimismo se basa en el hecho de que América Latina se encuentra en una etapa temprana en la transformación digital del comercio minorista. Los ingresos netos de MercadoLibre aumentaron 85% anual en el tercer trimestre a US$ 1.100 millones, mientras que el volumen total de pagos creció 92% a US$ 14.500 millones.
Antes de la pandemia, el comercio electrónico había penetrado alrededor de 5% de la economía regional, y ahora se espera que alcance casi 10% para fines de este año. Pero eso todavía está muy por debajo de los niveles de las economías más digitales del mundo, como EEUU, Reino Unido y China, donde representa al menos 30% de las transacciones.
“MercadoLibre es una increíble historia de espíritu empresarial y resiliencia. No fue un éxito de la noche a la mañana. Pasó por tiempos difíciles y se fortaleció después de cada prueba”, dijo Francisco Alvarez-Demalde, socio gerente de Riverwood Capital, una firma de capital privado con sede en Silicon Valley. "Es una fuerza de creación de valor positivo para el sector tecnológico latinoamericano, sin duda, aunque hay un signo de interrogación sobre cómo los pequeños minoristas se ajustan a la nueva realidad", agregó.
Galperín, que con un patrimonio de US$ 4.200 millones según Forbes es la segunda persona más rica de Argentina, dejó el cargo de director ejecutivo de MercadoLibre en su país a principios de este año, pero sigue al mando de la empresa en la región.
El ejecutivo asegura que la rama fintech de su negocio, MercadoPago, un sistema de pagos digitales que ahora se usa mucho más allá de su mercado en línea, todavía tiene mucho por hacer.
“Casi todo está pendiente en términos de las fintech en América Latina”, dijo, señalando los seguros, la gestión de activos, los préstamos a los no bancarizados y la habilitación de pagos con teléfonos móviles.
El juego a largo plazo
Desde su fundación en el garaje de los padres de Galperín en un arbolado barrio de Buenos Aires, el vertiginoso crecimiento de MercadoLibre es aún más impresionante dadas las dificultades particulares de iniciar una empresa de Internet en América Latina.
“Tuvimos que resolver los pagos y la logística desde cero… y tuvimos que resolverlo para muchos países que estaban fragmentados, y eso lo hizo mucho, mucho más difícil”, dijo, señalando los 18 países donde opera la empresa, todos con diferentes monedas y regulaciones.
Cuando se le preguntó si habría hecho algo de otra manera, respondió que “habría construido un equipo tecnológico mejor y más grande. Porque al final del día, eso es lo que determina el ritmo de ejecución (y) el progreso".
Morgan Stanley estima que MercadoLibre controla 28% del mercado de comercio electrónico de América Latina, frente a 19% en 2015. Pero se enfrenta a una competencia cada vez más dura de empresas como Amazon, cuya participación de mercado en América Latina se ha duplicado en los últimos cinco años a alrededor de 4%.
Galperín dijo que su mayor desafío es hacer crecer su equipo de unos 4 mil desarrolladores e ingenieros web, que la compañía planea duplicar durante el próximo año.
“Es un gran desafío… eso es lo que me mantiene despierto por la noche”, confesó.
MercadoLibre está trabajando para construir su infraestructura logística para defenderse de la creciente competencia, pero esto ha afectado la rentabilidad de la empresa. “Hace cinco años no teníamos idea de cómo hacer logística e infraestructura y almacenaje y hoy lo estamos haciendo todo en la región”, dijo, admitiendo que “no estamos ni cerca de donde queremos estar”.
Ahora, con alrededor de 100 millones de personas comprando, vendiendo o pagando a través de las plataformas de MercadoLibre, de una población de casi 650 millones en América Latina, otro desafío será expandir la presencia de la compañía más allá de sus mercados principales de Brasil, México y Argentina, que representan 60% de los habitantes de la región pero 95% de los ingresos del negocio.
“Aspiramos a ser el actor líder en toda América Latina, no solo en los mercados más grandes”, dijo Galperín, quien se siente alentado por un desempeño “sin precedentes” este año en Chile, donde los ingresos aumentaron a más del doble en el segundo trimestre.
Empresa de constructores
Andrew Ruben, que cubre comercio minorista y comercio electrónico latinoamericano en Morgan Stanley, argumentó que gracias a la "agresiva" expansión de la capacidad logística de MercadoLibre en Brasil, lo que alguna vez fue un "viento en contra (puede convertirse) en una ventaja competitiva".
“La competencia sigue siendo un desafío persistente, y MercadoLibre deberá continuar invirtiendo para impulsar el crecimiento en los países latinoamericanos, tanto en sus operaciones de comercio como de fintech”, dijo Ruben, señalando que el crecimiento de su red logística y equipo tecnológico siguen siendo desafíos clave.
Galperín no quiere decir si ese crecimiento será impulsado por adquisiciones, a pesar de los rumores de que la empresa podría estar interesada en comprar la red postal estatal brasileña, Correios, para su infraestructura logística.
“Somos mucho más una empresa de constructores que de compradores. Normalmente nos hemos abierto camino en MercadoLibre: construimos nuestra plataforma logística, construimos nuestra plataforma de pagos, escribimos el código y desarrollamos el software para cada una de estas cosas”, insistió. "No creemos en atajos".
Algunos han expresado temores de que podría afrontar problemas si acumula demasiado poder en un momento en que países como Estados Unidos y China están tomando creciente conciencia de los riesgos que plantean los monopolios. Este es un tema especialmente sensible para MercadoLibre, dada su mezcla de actividades minoristas y bancarias.
"¿Es sostenible administrar el mercado más grande de la región y al mismo tiempo obligar a las personas a realizar transacciones en MercadoPago si quieren comprar en MercadoLibre?" preguntó un alto ejecutivo de un rival de MercadoLibre en la región, señalando que la división del comercio y las finanzas es una práctica estándar en Estados Unidos. Galperín desestimó esta preocupación, dado el “entorno altamente competitivo” que enfrenta MercadoLibre.
Otros han advertido contra el peligro de la complacencia, pero Galperín aseguró que no se está durmiendo en los laureles. Ha visto demasiados ejemplos de empresas de tecnología que saltaron al estrellato y después de un par de años se hundieron en la irrelevancia.
“La única forma de seguir siendo relevante dentro de cinco años es (permanecer) muy, muy concentrado, no (solo) en nuestros competidores, sino en hacia dónde se dirigen nuestros usuarios y hacia dónde se dirige la tecnología”, dijo. "Esa es la clave del éxito".